Una de las asignaturas pendientes en los campamentos es la alimentación. A veces hay que hacer sacrificios para llevar una dieta equilibrada y comer...hasta lentejas. Con paciencia y mucho, pero mucho, cariño los muchachos terminan por entender que hay que comer de todo y variado. No es un problema de que los monitores sean unos maniáticos sino una cuestión de salud.
No hay comentarios:
Publicar un comentario