El verano es el momento propicio para los sueños y la magia. No solo por el significado especial de festividades como la de San Juan, sino porque disponemos de tiempo libre para hacer cosas que en otros momentos no podemos. Ese ambiente nos llevó a elaborar una "noche mágica". Proyectamos una película muy buena, Stardust, para ir entrando en calor...
Después hicimos una cena común al calor de las velas. Música, comida de campamento, juegos de salón.
Hasta la hora bruja, la medianoche, hicimos el juego del Hechicero. Allí los indios, exploradores, guardianes y demás tropa corrieron por los jardines, linterna en mano, intentando capturar al hechicero del equipo rival.
Por último, los más osados, hicieron una acampada en el jardín mayor del centro. Todo fue alegría hasta la mañana y el duro despertar a base de silbato. En favor de todos hay que decir que se cumplieron los horarios y se pudo partir cara a San Vicente del Mar sin problema alguno.
